Patea Pamplona

Comienza nuestra ruta repleta de aventuras  y misterios.¡Preparaos!

El primer punto de la ruta es la muralla exterior que rodea la ciudad y más concretamente el portal de Francia de abajo. Este portal fue terminado hacia 1753, y formaba parte de un plan de Felipe V de Borbón para mejorar las fortificaciones de la zona. Está compuesto por un arco de piedra muy sobrio, cuyo único ornamento es el escudo de los Borbones, la nueva familia real que llevaba solo unos años en el poder. Este Portal es más atractivo para los turistas por su aire romántico y su puente levadizo.

El portal de Francia de arriba formaba parte de la muralla del siglo XVI, y actualmente es la única puerta que queda en pie. La construcción es un sencillo arco escarzano, en cuyas piedras aún se pueden distinguir las marcas del rastrillo que bajaba tras el toque de queda. El único adorno del Portal es el escudo de Carlos V, con el águila bicéfala y la Corona Imperial de los Habsburgo.

Seguimos hacía arriba a la izquierda hasta subir a lo alto de la muralla.

Curiosidad: Desde esta zona tenemos vistas del río Arga, río por el que, en el año 859, los vikingos llegaron a Pamplona y secuestraron a García I Íñiguez, que llevaba muy poco tiempo como rey de Navarra. Solo tras pagar un costoso rescate a los secuestradores, el rey fue liberado.

En esta misma zona se encuentra el Mesón del Caballo Blanco. Este mesón construido imitando una fortaleza medieval, y en la zona sobre la que había un palacio. Estamos hablando de un palacio de la Baja Edad Media, del cual solo conservamos una cruz de piedra de gran tamaño, la Cruz del Mentidero.